PUEBLO HUAVE, IKOOTS



El pueblo Mero Ikoots se encuentra en el litoral del Golfo de Tehuantepec, en una barra de 40 km que separa el océano Pacífico de dos grandes lagunas, “Mar Superior” y “Mar Inferior”. Con tan solo 20.000 hablantes, los ikoots se ven confinados a las poblaciones de San Mateo del Mar, San Dionisio del Mar, San Francisco del Mar y una comunidad, Santa María del Mar, que depende de Juchitán,  los eternos vecinos rivales, los zapotecos. No se ha podido comprobar el parentesco de la lengua ikoots con el resto de familias mexicanas, tan solo existe la creencia de que viene de Perú o Nicaragua, basada en una crónica del siglo XVI.
Hablar del pueblo ikoots es hablar de un pueblo acosado por el capital y las autoridades. Hace tres décadas se descubrió el potencial del viento en el istmo de Tehuantepec, desde entonces todo ha sido allanar el terreno para lo que se avecinaba. En 2010 se inaugura el parque eólico que sembró de molinos de acero el antiguo horizonte istmeño, antes de palmeras; La Ventosa, La Venta, Ingenio Santo Domingo, Unión Hidalgo, Juchitán. Se han privatizado hasta 15 mil hectáreas de tierras comunales y ejidales del istmo.
Ahora los ávidos ojos están puestos en territorio ikoots. Pero se encuentran con que este pueblo ha decidido plantarle cara a la situación. La empresa Mareña Renovables, filial de la corporación española Preneal, ha conseguido algunas tierras con ayuda del políticos corruptos y divisiones internas entre los ikoots. El conflicto ha desgarrado internamente a la comunidad, que se está viedo despojada de algunas de sus tierras sagradas.
Mucho más se podría decir acerca de las presiones y la violencia política o del tremendo impacto medioambiental causado por las instalaciones eólicas (los charcos de aceite en las lagunas, los campos magnéticos liberados, el ruido, la muerte de aves migratorias y otros animales, los árboles arrancados entre ellos manglares, el cemento inyectado…).
Por ahora nos despedimos con un enorme sentimiento de agradecimiento y ánimo para el pueblo ikoots. En San Mateo del Mar encontramos más músicos que en ningún otro pueblo, no pudimos grabar con todos, pero aquí les ofrecemos una muestra de los músicos que nos abrieron las puertas y compartieron con nosotros su sentimiento y su arte.
 

Apolinar Figueroa, toda una figura de la música prehispánica, es parte del mítico grupo “Siete Mares”. Con él entramos en la magia del viento a través de una sencilla flauta de carrizo. Normalmente acompañada de caparazón de tortuga y tambor de piel de venado, esta vez la flauta suena sola. Apolinar nos regala un vuelo de ida a los ecos más lejanos de nuestra genética humana.



Anselmo Zaldívar es, como muchos mareños de San Mateo, pescador y padre de familia. Cuando le abordamos sin previo aviso, era temprano en la mañana y él regresaba de una jornada de pesca. Sin mucho titubeo, sin el acompañamiento musical con el que acostumbra cantar, Anselmo nos dice que sí e interpreta para El Eco de los Pueblos un alegre tema referente a la vida de los pescadores y otra divertida composición, At ik moel (Pareces gente de fuera), donde hace burla a la gente de su comunidad que sale a la ciudad y cuando regresa ha cambiado toda su apariencia y ya no parece ikoots.


Por último, agradecemos el esfuerzo que hicieron los hermanos Benito y Antonio  Canales junto a su amigo Raúl Herrán, quienes se reunieron después de algún tiempo sin tocar juntos con la promesa de volver a unirse para hacer música. Este trío de guitarras nos deja el tema Nine Keik (Pequeño pájaro enamorado), del maestro Teodoro Figueroa y otra canción más, Nawasan Tikambaj (Somos de San Mateo del Mar), que habla de las cosas buenas y malas que uno puede encontrar en la comunidad.